Tesoros Ocultos Alrededor de Valga
- Peruze Votsis
- 7 mar
- 1 Min. de lectura
Los habitantes del pueblo dicen que el Río Ulla lleva más que agua. Arrastra historias: de pescadores que han seguido la corriente durante generaciones, de barcos romanos que alguna vez navegaron por estas aguas. Si sigues el río, te lleva a ruinas, viñedos y miradores donde el mar te tienta, pero se mantiene fuera de alcance.

En el bosque de A Curota, donde el viento susurra entre los castaños, espera una torre de vigilancia abandonada. Un lugar donde puedes estar por encima de las nubes y ver las Rías Baixas desplegarse como un mapa bajo ti. Más cerca, en Catoira, se alzan torres antiguas desde la tierra: las Torres do Oeste, que alguna vez fueron los guardianes de Galicia contra los vikingos.
Pero quizás el lugar más hermoso está simplemente en la plaza del pueblo, bajo la sombra de un plátano, donde una anciana abre su cesta de pimientos y sonríe. Porque en Galicia, no siempre son los grandes monumentos los que perduran en tu memoria, sino los pequeños momentos en el camino.
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